La autonomía económica es un pilar fundamental de la autonomía de las mujeres y, por definición, requiere que éstas perciban ingresos que les permitan superar la pobreza y disponer de su tiempo libremente para capacitarse, acceder al mercado laboral, desarrollarse profesional y personalmente, participar de manera activa de la vida social y política, y dedicarse a sus seres queridos sin que ello se transforme en una barrera para el logro de sus propias aspiraciones.

La participación política es considerada como “cualquier acción realizada por un individuo o grupo, con la finalidad de incidir en una u otra medida en los asuntos públicos.” (Faro Democrático) Suele orientarse a la elección de cargos públicos, al control y veeduría de los actores políticos, y a la construcción de políticas públicas. Sus características son:

Se entiende como una actividad o acción.

Es voluntaria y no está ordenada por una clase dominante o por una ley.

Le concierne al Estado, al gobierno y a la política, no se limita a fases específicas (como procesos parlamentarios de toma de decisión) ni áreas específicas como elecciones o partidos políticos. Es pluralista, lo que permite que haya participación de aficionados y no académicos.

El Acuerdo final para la terminación del conflicto y la construcción de una paz estable y duradera representa la lucha y los esfuerzos de la multiplicidad de mujeres que desde diferentes lugares le han apostado a la construcción de un país distinto, mujeres que han aportado propuestas desde sus necesidades y expectativas, que se ven reflejadas en el acuerdo, y que ahora en el proceso de implementación constituyen una premisa indispensable para la realización de nuevos pactos sociales basados en el reconocimiento y la inclusión.

La creación de la subcomisión de género se constituyó como un hecho histórico al ser el escenario idóneo para aportar a las modificaciones de las relaciones desiguales de poder existentes en la sociedad, reconocer las afectaciones diferenciales que la violencia sociopolítica dejó en sus cuerpos y en sus vidas, para establecer acciones que de transformación en la garantía de sus derechos y en su participación en el espacio privado y público, lo cual aporto en trascender de la visión de agentes pasivos en el marco del conflicto a agentes activas con capacidad de transformación.